¿VIVES POR VISTA?
Un campesino chino, pobre y muy sabio, trabajaba la tierra duramente con su hijo.
Un día el hijo le dijo: “Padre, Se nos ha ido el caballo.”
Pasaron los vecinos y le dijeron:
“que mala suerte, el único caballo que tenia y se les fue”
Respondió el campesino chino, no sé si es mala suerte o buena suerte.
A los pocos días el caballo regresó, acompañado de una manada de caballo salvajes pura sangre, “¡Padre, qué suerte! – exclamó esta vez el muchacho, nuestro caballo ha traído una manada de caballos pura sangre”
Pasaron los vecinos y le dijeron. ” que buena surte tienes, el único caballo que tenias regreso y con una manada de caballos”
El campesino chino respondió, “no sé si es mala suerte o buena suerte”.
Al pasar los días el muchacho quiso domar los caballos, pero lo arrojó al suelo. El muchacho se quebró una pierna y los brazos.
“Padre, ¡qué desgracia! – exclamó ahora el muchacho – ¡Me he quebrado la pierna y los brazos!”
Los vecinos pasaron y le dijeron: “que mala suerte tienes tu único hijo está enfermo a causa de los caballos que llegaron.
El campesino chino respondió, “no sé si es mala suerte o buena suerte”.
El muchacho no se convencía de la filosofía del padre, sino que se quejaba en su cama.
Pocos días después pasaron por la aldea los enviados del rey, buscando jóvenes para llevárselos a la guerra y se llevaron a todos los jóvenes del pueblo y Vinieron a la casa del anciano, pero como vieron al joven con su pierna y brazo enyesada, lo dejaron y siguieron de largo.
Llegaron los vecinos y le dijeron “¡qué suerte tienes, no se llevaron a tu hijo a la guerra gracias a sus fracturas!
el campesino chino respondió, “no sé si es mala suerte o buena suerte”.
Vamos a la palabra:
Romanos 8:28
28 Y sabemos que a los que aman a Dios, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme a su propósito son llamados.
Tu eres pueblo de Dios, nosotros somos pueblo de Dios y lo amamos porque él nos amó primero.
Debemos saber que Dios nos llamó a disfrutar de su reino sobrenatural acá en la tierra, por lo cual todas las circunstancias y situaciones tienen un propósito.
Sin embargo, no debemos caer en el engaño del mundo de catalogar las circunstancias como buenas o malas, ya que esto sería vivir por vista, como lo hace todo el mundo.
La palabra dice “todas las cosas nos ayudan a bien”, todo tiene un propósito y es bueno, es por fe.
No existe la mala o buena suerte, existe el propósito de Dios en tu vida.
A veces podemos caer en el error de enmarcar lo que sucede, como si fuera buena o mala suerte, y dejamos de lado la palabra. Pero, somos justos y el justo por la fe vivirá.
Así que toda circunstancia y situación nos ayudan a bien, así en el momento no lo veamos.
Tu amas a Dios y por esta razón :
” Todo nos ayuda a bien, conforme a su propósito”
Solo milagros cada día.
Proverbios 28:25
Más el que confía en el Señor prosperará.