La preocupación nos hace sentir intranquilidad o temor, lo que puede afectar nuestra salud mental y física, y nuestro entorno, ya sea familiar o en el trabajo.
Muchas son las causantes de la preocupación, veamos algunas:
El futuro económico
La vejez
El futuro de los hijos
La salud
El trabajo hacia el futuro
Los conflictos sociales
La preocupación puede ser causada por factores que estamos viviendo en el momento, tales como las deudas, un diagnóstico médico no favorable, problemas familiares, etc. Pero también existen algunas preocupaciones sin fundamento, porque nos imaginamos el futuro de manera catastrófica.
La solución para nuestras preocupaciones, es tener una fuerte relación personal con Dios; y aun sabiendo eso, a veces caemos en el engaño de enfocarnos en la adversidad olvidando la palabra de Dios, veamos dos ejemplos:
Lucas 10:40-41
40 Pero Marta se preocupaba con muchos quehaceres, y acercándose, dijo: Señor, ¿no te da cuidado que mi hermana me deje servir sola? Dile, pues, que me ayude.
41 Respondiendo Jesús, le dijo: Marta, Marta, afanada y turbada estás con muchas cosas.
Martha tenía muchos que haceres, más allá de su capacidad física, agobiándola; ella dejo de lado la palabra, continuemos en la historia:
Esta tenía una hermana que se llamaba María, la cual, sentándose a los pies de Jesús, oía su palabra.
Pero sólo una cosa es necesaria; y María ha escogido la buena parte, la cual no le será quitada.
Ahora vamos a:
Marcos 4:18-19
18 Estos son los que fueron sembrados entre espinos: los que oyen la palabra,
19 pero los afanes de este siglo, y el engaño de las riquezas, y las codicias de otras cosas, entran y ahogan la palabra, y se hace infructuosa.
En esta parábola Jesús advierte que muchos oyen la palabra, pero por las preocupaciones y afanes del día- día terminan por dejar a un lado la palabra de Dios.
Por estar enfocados en la adversidad sucede lo que dice en:
Proverbios 12:25
25 La congoja en el corazón del hombre lo abate;
Hay esperanza, Dios nos llamó a una vida sobrenatural por su poder.
No importa que situación estemos enfrentando, ni que tan difícil sea, lo sobrenatural sucede por medio de su palabra; y aparece la paz en medio de la dificultad.
La Palabra de Dios nos advierte y anima que no debemos de vivir preocupados, porque él nos llamó a vivir en su reino de luz.
¿Qué debemos hacer para no vivir preocupados?
La respuesta está en los siguientes versículos:
1 Pedro 5:7
7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
Es una promesa maravillosa, Dios tiene cuidado de cada uno de nosotros, es por fe. Ningún problema o situación difícil es mayor al poder de Dios, Él nunca nos dejara avergonzar.
Ahora vamos a:
Filipenses 4:6
Por nada estéis afanosos, sino sean conocidas vuestras peticiones delante de Dios en toda oración y ruego, con acción de gracias.
La respuesta nos la da los dos versículos que acabamos de leer, debemos contarle a Dios lo que nos genera preocupación.
Es fácil, simplemente debemos trabajar cada día en fortalecer la relación personal con Dios y se hará realidad el siguiente versículo:
Filipenses 4:7
Y la paz de Dios, que sobrepasa todo entendimiento, guardará vuestros corazones y vuestros pensamientos en Cristo Jesús.
Para finalizar recordemos lo que dice en:
Mateo 6:33
33 Mas buscad primeramente el reino de Dios y su justicia, y todas estas cosas os serán añadidas.