Cuerpo de Cristo en
Efesios 4:1-2 dice
Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados,
2 con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
En primer lugar, La palabra nos insta a vivir de una manera digna de la vocación con la que hemos sido llamados.
Esta vocación no es simplemente una elección casual, sino que Dios nos revela que somos parte del cuerpo de Cristo.
También nos revela que pertenecemos a la familia de Dios y coherederos con Cristo, esta verdad debe reflejarse en la forma en que vivimos.
Vivir de manera digna implica que nuestras acciones, palabras y actitudes estén en armonía con la verdad del Evangelio.
Esto significa que debemos ser testimonios vivientes del amor, la gracia y la verdad de Jesucristo en todo momento y en todas las circunstancias.
En el versículo 2, la palabra destaca dos aspectos esenciales para vivir de manera digna: la humildad y la unidad.
Nos exhorta a ser humildes, reconociendo que todo lo que somos y tenemos proviene de Dios.
La humildad nos libera del orgullo y nos permite amar y servir a los demás de manera sincera.
La unidad es otro componente crucial de vivir de manera digna.
Pablo nos llama a preservar la unidad del Espíritu mediante el vínculo de la paz.
Esto implica buscar la armonía en nuestras relaciones, perdonar como hemos sido perdonados y esforzarnos por mantener la unidad en el cuerpo de Cristo.
Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en
1 de Corintios 13:13
“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor. Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”