VIVIR PARA DIOS

Está iniciando el año con objetivos y metas por
 cumplir en todas nuestras áreas,
incluyendo la vida espiritual.

Estamos viviendo tiempos difíciles que nos
 pueden llevar a caer en el error de vivir por vista y olvidamos que Dios nos llamo a vivir por fe,
avanzar en medio de las situaciones
gracias al poder de Dios.

Para esto Vamos a leer apartes de una
lectura clásica de la administración se llama:

” una carta a García”, esta nos muestra lo
importante de la iniciativa, de hacer las
 cosas sin tener un jefe exigiéndole cumplir
con la tarea asignada. Como dice en la palabra vivimos para Dios, vamos a Efesios 6:6-7
no sirviendo al ojo, como los que quieren
agradar a los hombres, sino como siervos de Cristo,
corazón haciendo la voluntad de Dios;
sirviendo de buena voluntad,
como al Señor y no a los hombres,

Vamos a leer una parte de “la carta a Gracia”

Hubo un hombre cuya actuación en la guerra de Independencia de Cuba brilla en mi memoria
 como el sol en su pleno esplendor.

Sucedió que en aquella guerra,
 cuando los Estados Unidos decidieron intervenir en favor de los rebeldes cubanos, se vio
muy clara la necesidad de un entendimiento
 inmediato entre el Presidente Norteamericano
 y el jefe de los patriotas el General Calixto García.
 Pero ¿cómo hacerlo ?

Hallábase García en esos momentos,
Dios sabe dónde, en alguna tenebrosa montaña escondida en el interior de la isla. Y era absolutamente necesario ponerse en comunicación con él para organizar los planes de ataque y de defensa.
 Pero ¿Cómo hacer llegar a sus manos ese despacho ? ¿Qué hacer?

Alguien dijo al Presidente:
«Conozco a un hombre llamado Rowan.
Si alguna persona en el mundo es capaz
 de dar con García es él Rowan».

Llaman a Rowan. Le piden que vaya en busca de García, esté donde esté, y que, a costa de cualquier sacrificio, le haga llegar esa carta importantísima.

Rowan toma la carta. La guarda bien escondida
 en un bolsillo interior. A los cuatro días
desembarca en las costas de Cuba que
está en poder de los españoles.

Desaparece en la selva tenebrosa,
para aparecer de nuevo a las tres
semanas al otro extremo de la isla.

Cruzando un territorio sembrado de peligros
 y donde pululan los enemigos por doquier,
 y entrega la carta a García. Los dos frentes
coordinan acciones y se gana la guerra.

¿Cómo logró llegar hasta donde estaba
 el destinatario de su carta? Es algo tan
interesante que merecería escribir una
 novela al respecto. Pero no tengo interés
 de describir aquí el modo como esto sucedió.
El punto sobre el cual quiero llamar la
 atención es este: «El jefe da a Rowan una
 carta para que la lleve a García.  
Rowan toma la carta y no pregunta:

¿pero dónde podré encontrar al tal García ?
 ¿por dónde me voy a ir?,
¿esto será fácil ?,
¿no traerá peligros este oficio?,
¿y por qué yo y no otro?

Nada de esto pregunta ni comenta.

Se va sin más a cumplir lo que se le ha encomendado.

como hay que cumplir cada vez lo más exactamente posible el deber que tenemos que hacer, y como concentrar todas nuestras energías para lograr nuestros objetivos, y lograr dedicarnos con toda el alma a la acción, a «llevar la carta a García».

El General García ya murió.
Pero siguen viviendo muchos Garcías
en este mundo. Son todos los que necesitan
de nuestra fe y valentía para obrar.

Qué desánimo y desaliento sienten los
 hombres de empresa que necesitan la
colaboración de gente entusiasta,
y se quedan estupefactos ante la pereza,
la falta de espíritu de sacrificio y de iniciativa,
 de energía y de perseverancia de sus colaboradores, para llevar a término la ejecución de las
 tareas que cada uno debe cumplir.

Por todas partes se ve flotar la chabacanería, la desatención culpable, la despreocupación, la indiferencia. Estas parecen ser la regla general en el obrar de muchas personas.

 Muchos empleados cumplen tan
descuidadamente sus deberes que si fueran
 soldados en una guerra ya hubieran muerto.

Y esta incapacidad para la acción independiente,
para la iniciativa personal, este no hacer
trabajar la propia inteligencia, esta flojera de voluntad, esta desgana impresionante para resolver por
si mismo los obstáculos, es lo que retarda
 el bienestar colectivo de la sociedad y no
 deja a los individuos llegar al éxito.

Si ni siquiera cuando se trata de conseguir
provechos personales la gente está dispuesta
] a buscar soluciones y a derrochar energías
 y tiempo por obtener las soluciones,
¿Qué será cuando se trata de conseguir
éxitos para su empresa o nación?

Qué lástima que a muchos lo único que
 les hace trabajar es la mirada amenazadora y la voz tormentosa del capataz o del vigilante del grupo.

Oramos para cada día vivir para Dios,
avanzando hacia las metas y objetivos propuestos sabiendo que Dios no nos dejara ni abandonara,
Dios esfuerza al cansado y multiplica las
 fuerzas al que no tiene ningunas.

En proverbios nos muestra cómo
 debe ser nuestro comportamiento:

Proverbio 6:6-11
Ve a la hormiga, oh perezoso,
Mira sus caminos, y sé sabio;
La cual no teniendo capitán,
Ni gobernador, ni señor,
Prepara en el verano su comida,
Y recoge en el tiempo de la siega su mantenimiento.
Perezoso, ¿hasta cuándo has de dormir?
¿Cuándo te levantarás de tu sueño?
10 Un poco de sueño, un poco de dormitar,
Y cruzar por un poco las manos para reposo;
11 Así vendrá tu necesidad como caminante,
Y tu pobreza como hombre armado.

Vivimos para Dios, sin peros, hacer lo que nos corresponde en cada área fortalecidos por Dios.

Para finalizar recordemos lo que dice en:

Efesios 3:20
20 Y a Aquel que es poderoso para hacer todas las cosas mucho más abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el poder que actúa en nosotros.

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