EL PODER DE DIOS SOBRE LAS TORMENTAS

En Mateo 8:27, encontramos un relato fascinante que revela el poder sobrenatural de Jesús sobre las tormentas.

Oramos para confiar en Su poder, incluso en medio de las tempestades de la vida.

Antes de leer el versículo 27, vamos a ver el contexto. Jesús y sus discípulos están en una barca, enfrentándose a una tormenta feroz en el mar de Galilea. Aunque la tempestad es intensa, Jesús está durmiendo tranquilamente en la embarcación.

La desesperación de los discípulos los lleva a despertar a Jesús, y es en ese momento que Él se levanta y calma la tormenta.  

Después de que Jesús calma la tormenta, los discípulos se asombran y se preguntan:

Mateo 8:27

 “¿Qué hombre es éste, que aun los vientos y el mar le obedecen?”.

Este pasaje destaca el poder soberano de Jesús sobre las fuerzas naturales.

Los vientos y el mar, símbolos de caos y adversidad en la vida, se someten a la autoridad divina de Cristo.

 Este episodio nos recuerda que Jesucristo tiene el control absoluto sobre las circunstancias más aterradoras, y Su poder no conoce límites.

Oramos para que Dios revele su palabra y alumbre nuestro entendimiento para comprender que, en medio de las tormentas de la vida, Jesucristo tiene el poder de traer calma y paz.

Por fe debemos descansar en Su soberanía, Al igual que los discípulos, a menudo nos enfrentamos a situaciones que parecen fuera de control, pero Jesucristo nos llamó para confiar en Su poder, para guiarnos y protegernos.

La pregunta de los discípulos

“¿Qué hombre es éste?”

 Conocer a Jesús no solo es crucial en tiempos de tormenta, sino también en la calma cotidiana.

Cuanto más comprendemos quién es Jesús, más confiamos en Su poder en todas las circunstancias.

Jesús no es simplemente un maestro sabio o un líder carismático, es: Cristo, que es Dios sobre todas las cosas y ahora mora en cada uno de nosotros.

En medio de nuestras tormentas personales, recordemos que Jesucristo tiene el poder de traer calma, restauración y paz.

Oramos para perseverar en la relación personal con Dios, reconociendo y confiando en Su poder soberano en todas las estaciones de la vida.

Para finalizar debemos tener en cuenta lo que dice en

1 de Corintios 13:13 

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”

 

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