HACEMOS PARTE DEL CUERPO DE CRISTO

Primero vamos a la siguiente historia:

Sucedió en uno de los inviernos más fríos que asoló
al planeta. Miles de animales morían y ya no
quedaban grutas disponibles para
salvaguardarse de la temperatura y la ventisca.

Varios erizos, al ver que morirían si no hacían algo, decidieron agruparse para mantenerse calientes. Parecía una gran idea, hasta que las púas de cada uno herían a sus compañeros más cercanos.
Al no poder soportar el dolor, varios erizos se separaron y al poco tiempo murieron de frío.

El grupo de erizos debió tomar entonces una difícil decisión: permanecer juntos a pesar de las heridas para tener calor, o distanciarse y morir de frío.
Aquellos que aprendieron a convivir con el dolor sobrevivieron al invierno, mientras que los que no resistieron murieron solos en la nieve.

En la palabra nos dice que somos parte del cuerpo
de Cristo con diferentes funciones,
vamos  a 1 Corintios 12:14-20
14 Además, el cuerpo
no es un solo miembro, sino muchos. 

15 Si dijere el pie: Porque no soy mano, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo?
16 Y si dijere la oreja: Porque no soy ojo, no soy del cuerpo, ¿por eso no será del cuerpo? 
17 Si todo el cuerpo fuese ojo, ¿dónde estaría el oído? Si todo fuese oído, ¿dónde estaría el olfato?
18 Mas ahora Dios ha colocado los miembros cada uno de ellos en el cuerpo, como él quiso.
19 Porque si todos fueran un solo miembro,
¿dónde estaría el cuerpo? 

20 Pero ahora son muchos los miembros,
pero el cuerpo es uno solo.

Todos  avanzamos hacia la misma meta llegar a la
unidad de la fe y con un mismo fin que corra
la palabra para que sea glorificada, para esto al continuar en 1 Corintios 12:21 dice:
21 Ni el ojo puede decir a la mano:
No te necesito, ni tampoco la cabeza a los pies:
No tengo necesidad de vosotros. 

Nosotros pertenecemos al cuerpo de Cristo
y todos somos colaboradores de Dios, es decir, Dios nos usa para edificarnos mutuamente con su palabra, para que no haya desavenencia como dice
en 1 Corintios 12:25-26
 25 para que no haya desavenencia en el cuerpo, sino que los miembros todos se
preocupen los unos por los otros.

26 De manera que si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él, y si un miembro recibe honra, todos los miembros con él se gozan.

Guardando la distancia con la historia de los erizos, podemos comparar los chuzos con las posibles desavenencias  que pueden
separar a un miembro del cuerpo de Cristo.

Oramos para  avanzar hasta llegar a la unidad de la fe ,
el fuerte debe recibir al débil en la fe pero no para contender sobre opiniones como dice la palabra,
sino con amor y paciencia
compartir el evangelio una y otra vez.

Para finalizar vamos a la siguiente promesa
de Dios para nuestra vida en Efesios 3:20 
Y a Aquel que es poderoso para hacer todas
las cosas mucho más abundantemente
de lo que pedimos o entendemos,
según el poder que actúa en nosotros

 

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