POR FE SOMOS HIJOS DE ABRAHAM

Esto lo encontramos en

Gálatas 3:7

 Sabed, por tanto, que los que son de fe, estos son hijos de Abraham.

En este versículo nos revela un principio fundamental:

nuestra identidad como hijos de Abraham no es por genealogía, como si lo es para el pueblo de Israel. Sino que Dios nos escogió desde antes de la fundación del mundo, Es por fe y nos hace herederos de las promesas divinas.

Lo anterior sobre Abraham lo encontramos en:

Romanos 4:11-12

…para que fuese padre de todos los creyentes no circuncidados, a fin de que también a ellos la fe les sea contada por justicia; 12 y padre de la circuncisión.

Continuando, en

Gálatas 3:8-9

Y la Escritura, previendo que Dios había de justificar por la fe a los gentiles, dio de antemano la buena nueva a Abraham, diciendo: En ti serán benditas todas las naciones. De modo que los de la fe son bendecidos con el creyente Abraham.

La palabra nos recuerda la promesa que Dios hizo a Abraham de que en él serían benditas todas las naciones

Esta promesa no se limita a un pueblo o una nación específica, sino que abarca a todos los escogidos por Dios.

Dios, en su infinita sabiduría, previó que justificaría a los gentiles por la fe, y así nos incluyó a todos en su plan de salvación.

¿Qué significa esto para nosotros hoy?

Significa que, independientemente de nuestras diferencias étnicas, tradiciones culturales o sociales, todos pertenecemos a la familia de Dios y somos parte del Cuerpo de Cristo.

Lo    anterior, No lo sabíamos, por esto Jesús dijo

“Conoceréis la verdad y la verdad os hará libre.”

Por la fe somos hijos de Abraham y compartimos una herencia espiritual que trasciende cualquier barrera terrenal.

Esta verdad al ser revelada nos permite vivir en unidad y amor unos con otros.

Debemos recordar que, así como Dios nos ha justificado por la fe, también debemos reflejar su amor y gracia hacia nuestros semejantes.

Para disfrutar del Reino de Dios, no debemos condenar, ni juzgar.

El camino es compartir la palabra con amor y paciencia, incluyendo en las oraciones a las personas, porque uno siembra, otro riega, pero Dios da el crecimiento.

 1 de Corintios 13:13

“Y ahora permanece la fe, la esperanza y el amor.  Estos tres, pero el mayor de ellos es el Amor”

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